Columnas

Quizá este título no tenga mucho sentido, pero sigan leyendo, lo van a encontrar.

Son las 6 de la mañana y Marcos se levanta, lo primero que hace como de costumbre es ir a la cocina y poner la cafetera, una de esas antiguas italianas; mientras sale el café, va al baño a asearse.

El vigilante de seguridad camina mirando hacia el suelo, he contado que levanta la cabeza cada 8 o 10 pasos, de nuevo la baja.
El cinturón le queda apretado, sobre él cuelga la barriga, esa que descuidó cuando se acomodó sentimentalmente.
Calculo que le quedarán 8 o 10 años para jubilarse, y lo espera con ansiedad.
Hoy...

Sin duda una de mis películas favoritas es 'El tiempo en sus manos' basada en en la novela de H. G. Wells 'La máquina del tiempo' (The Time Machine, 1895). Esta misma tarde la he vuelto a ver.

Nueve de la mañana, suena una campana y lo hace lentamente, de forma constante cada cuatro segundos; toca a difunto.

Un patio de unos treinta metros cuadrados, ocho colchones dispuestos alrededor dejando hueco en el centro, diecisiete personas durmiendo en ellos, otras dos más en el interior de la casa, mis abuelos, para ellos era demasiado dormir en el suelo.